La última vez que la vimos paseaba un niño sucio en los brazos. Estaba muy delgada, casi irreconocible. Señaló su móvil para excusarse. El teléfono estaba entre ella y el crío. Parecía que hablaban a través dél. Aunque, durante esos segundos, nadie dijo nada. Ni siquiera nosostros. Ni siquiera después.
viernes, 20 de julio de 2007
MADRE SELVA
La última vez que la vimos paseaba un niño sucio en los brazos. Estaba muy delgada, casi irreconocible. Señaló su móvil para excusarse. El teléfono estaba entre ella y el crío. Parecía que hablaban a través dél. Aunque, durante esos segundos, nadie dijo nada. Ni siquiera nosostros. Ni siquiera después.
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2 comentarios:
Muchas gracias por tu comentario y tus animos. Es como lo tuyo, y es que yo soy de las de "Si breve, dos veces bueno" :-)
Muy profundo lo que dices. Complicado y real a la vez.
PUES ENCONTRASTE AL BREVE SOBRE LAS BREVAS
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