domingo, 17 de junio de 2007



El coche se detiene en un lugar poco excusable. Van cuatro tipos dentro. Aterradoramente jóvenes. Es noche de fiesta y no es raro que algunos se empeñen en que celebres lo que no te importa. Tú estás a menos de un metro del coche y observas disimuladamente los movimientos de sus ocupantes. Parecen organizarse, como un comando absurdo en una ciudad sin guerras. No hay nadie más en la calle. La puerta derecha de atrás se abre.

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